Todos sabemos que la okupación es la acción de entrar a una vivienda ajena y utilizarla como si fuera propia. El problema de la ocupación en España está muy desarrollado y ha crecido notablemente en los últimos años, dando lugar a una gran preocupación por parte de los propietarios. Hay un eterno debate en la sociedad actual sobre este tema, ya que algunas personas opinan que quien okupa lo hace por verdadera necesidad dados los tiempos tan difíciles que corren. Sin embargo, otros piensan que algunos se están aprovechando de la necesidad de algunas personas para crear un negocio con el que lucrarse.

¿Qué opinas tú?

No cabe duda que sea por un motivo o por otro, la okupación de viviendas se está convirtiendo en un negocio para las empresas que liberan los pisos okupados. Y es que en los últimos años, ha aumentado la demanda de los servicios que ofrecen estas empresas. Para bien o para mal este tipo de negocios han proliferado mucho y son muy rentables.

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Hay personas que están a favor de la okupación siempre y cuando sea por verdadera necesidad. La crisis económica de los últimos años ha dejado a muchas familias sin vivienda, convirtiendo los desahucios por parte del banco en una triste realidad muy extendida. La plataforma de afectados por la Hipoteca (PAH) ha logrado frenar muchos de ellos, e incluso ha llegado a ayudar a algunas familias a acceder a viviendas que estaban completamente vacías. En numerosas ocasiones esta plataforma ha afirmado que no ve ningún problema en que las familias sin recursos puedan acceder a viviendas que estén en desuso.

También la organización Stop Desahucios ha contribuido a que cientos de familias que se han quedado sin hogar puedan acceder a inmuebles vacíos.

Hay una parte de la sociedad que no percibe el problema de la okupación de viviendas como una cuestión de supervivencia. Existen colectivos de vecinos que se han organizado en asociaciones en contra la okupación porque están preocupados de que un día los okupas puedan invadir sus casas. Señalan que el perfil de los okupas ha cambiado en la actualidad, y que ya no actúan movidos por la necesidad de vivir bajo un techo. Ahora son mafias que se aprovechan de la situación de los más necesitados para sacar beneficios económicos.

Aseguran que cobran a las familias desahuciadas, a delincuentes y a parias, para ayudarles a acceder a las viviendas. También afirman que los bancos no protegen bien sus propiedades con el fin de evitar conflictos con algunas organizaciones.

La okupación de viviendas es un problema que surgió hace ya algunas décadas, y en los últimos años parece ser que más que realizarse por necesidad se hace por lucrarse. Está claro que en algunos casos todavía se hará por necesidad, pero sí es cierto que parece predominar los intereses económicos. La ocupación ilegal en España era en sus comienzos una actividad desarrollada exclusivamente por el movimiento okupa. Tenían como objetivo la entrada y la posesión de las viviendas vacías que estaban en un estado bastante lamentable. No tenían ninguna intención de permanecer en pisos nuevos, recién reformados o que estaban en alquiler.

La ocupación ilegal de un inmueble tenía un marcado carácter político por aquel entonces, sin embargo esto no sucede en la actualidad. Antes se ocupaban pisos vacíos con la pretensión de denunciar una situación social, que era la escasez de vivienda asequible para las personas más jóvenes. El proceso de desahucio tenía que pasar sí o sí por la orden de un juez y con la intervención de la policía. Muchos propietarios de aquellos tiempos, llevados por la desesperación, les ofrecían dinero a cambio de que abandonasen la propiedad, pero esto no solía funcionar muy bien.

Durante la última década el perfil del okupa ya no era el mismo, cambió mucho. Ya no eran esos jóvenes rebeldes que reclaman su derecho a acceder a una vivienda digna. Habían pasado a ser más bien familias, e incluso algunas de ellas tenían hijos pequeños, lo que dificultaba bastante el procedimiento del desahucio. La última crisis económica, iniciada en el año 2007, provocó que muchos de ellos perdieran el trabajo y no pudieran seguir pagando sus hipotecas, siendo desahuciados por los bancos. Para evitar vivir en la calle ocupaban pisos vacíos.

Ante esta situación, muchas autoridades municipales y autonómicas consintieron la okupación con la intención de resolver un problema social y político. Como nadie vivía en estos pisos, porque eran propiedad del banco, pensaron que ese consentimiento no tendría consecuencias más graves. Les dieron hasta instrucciones a la policía de que consintieran las okupaciones siempre que no existiera un mandato judicial que permitiera desalojar a los okupas o que no afectaran a la vivienda principal de alguna familia. Este consentimiento político y de las autoridades públicas provocó que empezaran algunos listillos a aprovecharse de la situación para convertir la ocupación actual en un negocio.

A aquellos que pretendían aprovecharse del consentimiento de la okupación, les favoreció muchísimo la lentitud de los procesos de los desahucios. Y también la consideración por parte del Código Penal de que la ocupación era un delito leve de usurpación de la vivienda, siempre y cuando no fuera la habitual para su propietario. Las condenas por okupación de viviendas se limitaban a ridículas sanciones económicas que los ocupas no llegaban a pagar porque se declaraban insolventes. El objetivo de los okupas profesionales actuales sigue siendo lucrarse de la necesidad de algunos. Pero las leyes han cambiado como consecuencia de la pandemia, y actualmente existe la “ley del desahucio exprés” para acelerar los procesos de desalojo.

En definitiva, el perfil de los okupas ha cambiado notablemente en los últimos años. A finales del siglo XX la mayoría de las ocupaciones se realizaban por ideología, durante la pasada década por necesidad, y la okupación hoy es por intereses económicos en su gran mayoría. Por tanto, las okupaciones en España constituyen un verdadero problema y todo apunta a que van a seguir siéndolo en el futuro. La solución parece ser que pasa por dar mayor protección jurídica a los propietarios de las viviendas y por ayudar más a las familias que se quedan sin vivienda como consecuencia de no tener dinero.

La okupación en España es un problema que está muy extendido y ha crecido en los últimos años notablemente. Pero la okupación de viviendas no está considerada por toda la sociedad de igual manera. Para unos se produce en respuesta a una necesidad por parte de las familias que han sido desahuciadas y que no disponen de suficiente dinero para alquilar una vivienda. Y para otros es un negocio que han montado las mafias, de tal forma que se aprovechan de la necesidad de algunos para lucrarse.

Haciendo un repaso en la historia de la okupación, podemos comprobar que el problema de la okupación surgió como un movimiento político inicialmente, eran jóvenes que denunciaban la falta de viviendas asequibles. Durante la última década y como consecuencia de la crisis económica, muchas familias se quedaron sin techo y las ocupaban por necesidad. En los últimos años ha pasado a ser un negocio de algunas mafias.

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